1 de Juan, 4:18 "En el amor, no hay temor, sino que el perfecto amor, hecha fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor."
Hoy quiero compartir con los lectores de este blog, este versículo de la Biblia, que aparece en la primera Epístola de San Juan, y nos habla del TEMOR... ¿A qué le teme el hombre? El temor es algo innato en nuestro ser... al nacer, lanzamos un llanto de dolor, de vida, porque el feto se encuentra en condiciones óptimas, tranquilo y confiado de estar en el vientre de su madre, protegido del excesivo calor, o frío, de golpes, hambre, dolores y todo lo que padecemos una vez salimos del vientre de nuestra madre... pero una vez pasamos de esa vida íntima de amor perfecto con nuestra madre, viene el temor de algo desconocido una vez somos lanzados fuera del vientre... y ese temor nos acompañará en el transcurso de nuestra vida cada vez que tengamos que pasar de un estado a otro.. de un lugar a otro, así deseemos estar en otro lugar, el temor estará ahí... cuando nos enfrentemos al médico para curar nuestras enfermedades, o al odontólogo, al siquiatra...etcétera, etcétera, etcétera... Ante cualquier situación desconocida, vamos a experimentar lo mismo,... Cuándo perdemos el temor? Solo la confianza en Dios, nos hace perder el temor, cuando vamos a sus brazos confiados en que nada malo nos ha de pasar si estamos con Él... si vivimos nuestra vida como Cristo nos enseñó, amando a nuestro prójimo, abierto a las necesidades que veamos en ellos, para aplicar la caridad, la misericordia, el amor, para ir cumpliendo los mandamientos y éste como el más grande mandamiento que Dios nos enseñó a través de su Hijo Amado... cuando perfeccionemos ese amor, cuando sigamos esas huellas que Cristo nos dejó, ahí perderemos el temor, y nos confiaremos en que Él no nos desamparará ante ninguna circunstancia que vivamos, por muy difícil que sea... Vivamos en su amor cumpliendo lo que Él nos enseñó.
Si estás de acuerdo con esta reflexión, puedes anotar aquí tus impresiones...
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