UN AGUIJÓN EN MI CARNE: PABLO DE TARSO

Quién no ha sentido en su carne la debilidad que de distinta manera se presenta?. Veamos cómo reaccionó Pablo cuando sintió la tentación que lo acosaba, y la oración que hacía a Dios Nuestro Señor para que lo aliviera de ese "aguijón" como él le llamaba:

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Leamos en 2 de Corintios 12:7-10 

 "7 Para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; 

8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 

10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecusiones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte."