Para esto hay cuatro reglas de oro:
1.- Aprender a escuchar a Dios.
Para esto debemos leer las Escrituras, y estar atento a la palabra de Dios, y esto trae como resultado que vamos a atenderlo, así como Abraham le escuchó y le obedeció.
2.- Si escuchamos a Dios, vamos a obedecer y eso trae un beneficio adicional: Dios le habló a Abraham, y en su caso Dios le hizo una promesa: Haré de ti una nación grande...
3.- Aprenderemos a depender: donde escuchamos, aprendemos a depender de Dios... porque Dios nos va a guiar, nos va a proteger, nos va a conducir, y no nos va a dejar solos.
DEPENDER: significa que debemos estar seguros.
Y Abraham se fue confiado y salió de la tierra de Ur, con una promesa, que de él saldría una descendencia tan abundante como las estrellas
del cielo.
4.- Aprender a esperar en Dios. Pero esto es en el tiempo de Dios, no en nuestro tiempo... ni cuando yo quiera que se cumpla lo que pido a Dios... Cuando Abraham dudó de la palabra de Dios, creyó lo que dijo su mujer, apareció Agar, vino otra familia, se complicó con Sara como familia, vinieron otros hijos porque no esperó en Dios y se desesperó... pensó que su mujer Sara, no le daría familia... (Ver Salmo 40)
MADURAR LA ESPERA EN DIOS, CON CONFIANZA... Con certeza que vamos a tener socorro en el momento oportuno. 1 Corintio 6:14
HIMNO EL QUE HABITA AL ABRIGO DE DIOS
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